En Estados Unidos se han llevado a cabo diversos análisis científicos que han dado como resultado datos un tanto sorprendentes.
Al parecer, escuchar música podría llegar a beneficiar a nuestro sistema cardiovascular a un grado muy similar al que lo hace el ejercicio moderado o determinadas medicinas que se utilizan para tratar problemas de circulación.
Parece ser que cuando escuchamos nuestros temas musicales preferidos, el diámetro de los vasos sanguíneos aumenta hasta una cuarta parte, mientras que si la música que escuchamos no nos gusta o nos pone nerviosos estos se contraen.
Otros detalles relacionados con esto mismo aseguran que escuchar canciones que nos causan risa los vasos sanguíneos llegan a dilatarse alrededor de un veinte por ciento mientras que la música relajante lo hace un diez.
Tal vez escuchar nuestras canciones predilectas no sea un sustituto de una vida sana y nos evite tener que practicar ejercicio de manera regular, pero saber cuáles son los efectos de cada tema pueden contribuir a hacer más placentera una velada, y si encima de eso logramos mejorar nuestra circulación en ciertos momentos tal vez nos evitemos tener que acudir al médico de manera habitual.
Música, ejercicio y una alimentación sana posiblemente sea lo que los expertos en salud tengan que recomendarnos para estar sanos y en forma.