Simplemente Amy

En 2010 hubo un documental especialmente llamativo. Se llamaba Senna y se refería a la figura del inolvidable piloto de Fórmula 1 fallecido en 1994 en el circuito de Imola en un terrible accidente. Un piloto genial, único e irrepetible. Un documental que trataba acerca de su vida en los cirucitos, y fuera de ellos, con un gusto y una delicadeza impropios del momento actual en el que casi todo es grosería en la televisión y los medios. El estilo Sálvame ha mucho mucho daño y llega a todos los sitios: el deporte, la política y, también, la música.

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La referencia a Senna es obligada porque su director, Asif Kapadia, ha presentado esta semana en Cannes un documental sobre Amy Winehouse, la intérprete británica de soul fallecida en 2011. Lleva por nombre Amy. Nada más. Y tampoco hace falta nada más.

Un documental de una belleza visual y narrativa sencilla y extraordinaria al mismo tiempo. La sencillez radica en que las entevistas y declaraciones no esconden en ningún momento el metraje. Todo el documental es una continua sucesión de imágenes y videos de Amy( su vida, declaraciones y sus actuaciones) que no son cortadas en ningún momento por ninguna otra aparición que nos deje con ganas de ver más. Esa sencillez es la que dota de mayor belleza al documental. 2 horas seguidas ininterrumpidas de imágenes salpicadas por las declaraciones de todas las personas que, de una manera u otra, formaron parte de la vida de la cantante.

No es un documental laudatorio al uso. No esconde nada. La vida de Amy Winehouse estuvo marcada por dos facetas superpuestas. Una voz inconfundible y genial capaz de cualquier registro. Pero diluida por una vida personal llena de excesos y múltiples adicciones: alcohol y todo tipo de drogas. Luz y oscuridad al mismo tiempo. Su madre decía que no era capaz de controlarla y su padre, sencillamente, casi nunca estaba presente. Una dualidad que no fue capaz de superar y se unió al club de los famosos muertos prematuramente a los 27 años de edad como Kurt Cobain de Nirvana, Jimi Hendrix, Jim Morrison de los Doors y Janis Joplin, entre otros. Un cadáver joven que sigue generando mucho dinero hoy en día.

https://youtu.be/UNkuQQ3FJ8U

2 horas de documental dan para mucho. Una de las suertes de finales del siglo XX y del siglo XXI es la cantidad de imágenes y videos disponibles de la protagonista con la que completar un documental lleno de información. No podía ser de otra manera en la era de difusión audiovisual en la que nos encontramos. Grabaciones familiares, de amigos y de su exmarido son el fondo perfecto para el documental. Junto con su música.

Como decíamos no es un docuemntal que solo busque lo bueno de Amy Winehouse. Además de su talento vocal destaca su faceta compositora que le llevó a explotar en la industria discográfica con su segundo album Back to black en 2006. Con ese disco ganó 5 Grammys y supuso el cenit de su obra. No grabó ningún disco más, no compuso nada más y en el último año de su vida, sobre todo los últimos meses, su existencia fue un calvario y carne para los tabloides conviertiéndose en el hazmerreír de muchos. La causa: su gran voz y su presencia en escena desaparecieron y sus actuaciones se carazterizaban por arrastrase borracha de escenario en escenario sin solución de continuidad. Se convirtió en una especie de fantasma que ahora vivía solo para sus adicciones y no para la música. No llegó a grabar su tercer disco y murió en Julio de 2011 por consumo abusivo de alcohol. Otra estrella caída en desgracia.