Robe Iniesta debuta en solitario

Extremaydura tus mujeres nos la ponen. Así empezaba Rock transgresivo, uno de sus primeros discos y emblema de un rock español y en castellano que no pasaba por las radiofórmulas. Un lenguaje crudo y directo que no dejaba fuera los momentos más líricos. Crudeza y sensibilidad para una banda de culto. Pero claro. Los años 80 acabaron y los 90 también. Nadie daba un duro por un grupo que se mantuviera alejado de los circuitos de la industria. Pero ocurrió lo contrario. La música prevalecía por encima de la cultura dominante( los Mecano, Miguel Bosé y especímenes similares), la enorme personalidad del lider Robe Iniesta se imponía con su discurso mordaz y sus letras y Extremoduro se mantenía e incrementaba su popularidad como unos de los grupos más importantes de este país. Con el boca a boca por bandera. Alejado siempre de los medios que no les hacían ni puñetero caso en sus inicios y recelaban de su comportamiento: consmo de drogas y conciertos caóticos principalmente.

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Como decíamos, fuera de las grandes cadenas de radio y de las radiofórumulas para las que se hacía difícil poner en antena canciones como Jesucristo García. Una mojigatería que no afectaba al boca a boca con el que Extremoduro veía aumentar su audiencia. Poco a poco. Sin bajar ningún escalón. La gira de Iros todos a tomar por culo supuso su gran explosión a nivel de giras. Con pabellones llenos, agotadas las entradas y con un sonido cada vez más pulido. En los 90 vino el éxito masivo y la alergia de Robe a los medios y solía presentarse a entrevistas con una camiseta que decía No quiero ser como tú. Una declaración de intenciones con la expansión de público y seguidores que supuso el éxito arrollador del disco Agila en 1996 con la canción So payaso como principal estandarte.

Robe Iniesta publica estos dias su primer trabajo en solitario titulado Lo que aletea en nuestras cabezas. Y a sus 53 años lo que tiene más mérito. 42 minutos de duración repartidos en 8 canciones con el adelanto de Y rozar contigo como aperitivo. Sin artificios, directo al meollo. Bajo su apariencia ruda y dura late un corazón sensible. Y con una joya como Un suspiro acompasado. Quién lo diría si solo nos fijásemos en la apariencia externa. Es algo que ya pudimos comprobar en el excelente trabajo bajo el nombre de Extrechinato y tu en 2001, un proyecto paralelo junto a Fito, Manolo Chinato, Iñaki Antón y el mismo Robe. Poesía básica se llamaba y se alejaba un poco del sonido tradicional de Extremoduro para adentrarse más en los campos de la poesía y que contaba con joyas como Rojitas las orejas( que Fito suele tocar mucho en directo) o Abrazado a la tristeza. Música adaptada a los poemas de Manolo Chinato en un viaje distinto y singular.

Esta aventura en solitario no cuenta con Iñaki Antón, el alma musical de Extremoduro. De ahí que el disco no tire directamente hacia el rock sino hacia una música más personal y clásica, con instrumentos de cuerda y con un cuidado especial por las letras donde el tema fundamental es el amor. Y lógicamente, como contrapunto, el desamor. En su lugar, Robe se ha rodeado de músicos extremeños, de diversas ramas, para dar aire a sus letras. Y cosa rara en él. Ha concedido algunas entrevistas para presentar su primer disco en solitario. No estamos en Semana Santa pero la influencia de Jesuscristo García parece que empieza a notarse.

No es el único cambio. Este disco tiene más que ver con los últimos discos de Extremoduro que con los primeros. Un cambio musical liderado por el disco La Ley innata publicado en 2008. Más experimentación y mayor duración de las canciones compuestas como una especie de sinfonía que funcionaban como la misma parte de un todo y no como canciones sueltas. Una obra conceptual que ya experimentaron en Pedrá en 1995 pero allí del tirón. Sin separación entre las canciones. También tenemos guiños al flamenco en Coda flamenca( guiños que se repiten en el album en solitario) y una canción como Dulce introducción al caos que lo tiene todo. Una letra espectacular, subidas y bajadas, aceleración y pausa con las que engañar a los sentidos para dejarnos un sentimiento entre triste y alegre. Amor y desamor como dos caras de una misma moneda.